Las situaciones de peligro en niños exigen una excelente preparación. Existen elementos importantes a observar durante estos casos. Obviar algún detalle de estos en la práctica de una técnica de primeros auxilios puede ser fatal. La RCP no es la excepción, mucho menos en niños. Por eso, es necesario tomar en cuenta algunas consideraciones antes de realizar RCP en niños.
¿En qué consiste la RCP en niños?
En este sentido, la RCP o reanimación cardiopulmonar básica (RCP) es un conjunto de estrategias que sirven para identificar tiene una parada cardiorrespiratoria. Además de la identificación, estas maniobras sustituye las funciones respiratorias y circulatorias. Todo esto sin ningún equipamiento específico, hasta que la víctima pueda recibir una atención médica más especializada. Por su parte, las prácticas principales de RCP son la respiración boca a boca, que provee oxígeno a los pulmones del niño. Y, seguidamente, las compresiones cardíacas, que mantienen la sangre del niño circulando.
Casos en los que se puede hacer RCP en niños
A pesar de que la parada cardiorrespiratoria no es común en niños, existen varias causas para que los latidos o respiración de un niño se detengan. En estos casos, es vital la realización de RCP para garantizar la supervivencia de la víctima:
- Accidentes: Ya sean de tráfico, por ahogamiento o sensación del mismo, atragantamiento con objetos, electrocución, intoxicaciones, asfixia, entre otras.
- Enfermedades o patologías: Sea el caso de congénitas graves o de menor gravedad como la bronquiolitis, asma, tos ferina, entre otras.
- Infecciones graves: Como sería el caso de la meningitis.
También es importante la aplicación de esta técnica si se observan en el niño los siguientes síntomas:
- Paro respiratorio
- Ausencia de pulso
- Pérdida del conocimiento
Consideraciones importantes antes de aplicar RCP en niños
En primer lugar, hay que tomar en cuenta que es vital que el niño vuelva a respirar o tener pulso en el menos tiempo posible. Si esto no es así, puede tener daño cerebral permanente o morir. El primer caso ocurre transcurridos 3 o 4 minutos. Y el segundo caso, al pasar 4 o 6 minutos sin oxígeno. Por esto, se debe continuar con la RCP hasta que regresen los latidos y la respiración. O, hasta que el niño sea atendido médicamente.
En segundo lugar, es recomendable que la persona que realice RCP esté capacitado para este procedimiento. Los entrenamientos acreditados son indispensables para todos, especialmente para padres, profesores o encargados de niños. La importancia de la preparación radica en que una mala praxis de alguna de las maniobras puede resultar fatídica para el niño.
En tercer lugar, si está en situación de riesgo, se debe verificar si está consciente, palmoteándolo ligeramente y preguntando si está bien en voz alta. Luego, colocarlo boca arriba. En caso de sospecha de una lesión de columna, debe hacerse cuidando de no mover el cuello ni cabeza. Luego, halar su mandíbula hacia adelante y evitar que se cierre la boca.
En cuarto lugar, si se observa que posee signos de respiración normal, tos o movimiento, no se debe realizar compresiones cardíacas. Esta práctica en estas condiciones puede ocasionar un paro cardíaco.
Para finalizar, en caso de que el niño no reaccione debe pedirse ayuda. No dejar al niño solo sino hasta luego de haberse practicado RCP por 2 minutos.
Es necesaria una adecuada administración de las técnicas de primeros auxilios, sobre todo aquellas que son más delicadas, como la RCP en niños. Si quieres conocer más acerca de la aplicación de estas maniobras en niños, puedes revisar nuestros Entrenadores de RCP infantiles.